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BienEstar, MalEstar

  • Ester Güell
  • 29 abr 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 1 may 2024

Si queremos amor, tenemos que ser Amor.


Lo que nos mueve es el calor profundo de lo que somos, lo que queremos es el impulso de este Ser hacia su plena expresión. Pero, ¿qué es querer? A menudo deseamos ciertas situaciones, experiencias u objetos y cuando los conseguimos, lejos de celebrar el camino y el punto de encuentro, seguimos buscando lo inabarcable. Este tipo de deseo nace del ego, del personaje que hemos creado y busca un éxito externo, un reconocimiento social, familiar o profesional.


Si uno mira adentro, se dará cuenta de que ese afán de poseer no es puramente lo que desea, sino que lo que más anhela es encontrar el propio bienestar, la propia paz, u llamado de otro modo un estado de Amor perenne. Por eso nada de lo que podamos comprar o adquirir en el mundo físico satisfará las necesidades profundas del Ser. Es admirable la capacidad de reconocer un vacío en la propia existencia; cuando esto es posible, podemos comprender desde el corazón el dolor que encontramos en nuestros días y así atendernos a nosotros/as mismos/as en esta búsqueda del crecimiento y el bienestar.


Porque el bienestar, el estado de bienananza, es decir, de tener las necesidades cubiertas, al mismo tiempo refiere un “estado de benevolenza” y ¿qué es la “benevolencia”? La capacidad de ser benévolo hacia uno o hacia los demás implica la compasión y el perdón. Y siguiendo la raíz de estas palabras, BIENestar, BIENananza, BENevolencia, llegamos al origen y la razón del Ser: la Bondad.


¿Qué entendemos por MalEstar? El prefijo mal se relaciona con un defecto, daño o herida. En el aspecto filosófico hace referencia a “privación del bien”, por tanto siguiendo lo que hemos explicado anteriormente, si BienEstar es el Ser en su estado natural (bondad), el MalEstar coincide en el Ser privado de bondad, es decir , la negación del Ser.


Uno de los síntomas más frecuentes del malestar es la ansiedad. ¿Cuántas personas han sufrido y sufren a día de hoy esta sintomatología? Pues la ansiedad no es más que el alejamiento de uno mismo, la no escucha del Ser que uno Es y de las propias Necesidades para sostener la vida en ese plano en el que existimos.


Ante una crisis de angustia, puede ser de gran ayuda respirar para rebajar las constantes vitales y mirar adentro lo que sentimos profundamente, qué queremos y qué es lo que externamente estamos haciendo, decidiendo o demostrando, ya sea con hechos o palabras.


La discordancia entre los sistemas mental, emocional y espiritual generan una alteración del flujo energético, saturando el cuerpo de diferente forma, en función del origen y los motivos por los que esta falta de armonía se da: en algunos casos la manifestación será la ansiedad, en otros la depresión, la apatía o el abatimiento; superando los planos emocionales y mentales llegamos al punto de vivir el dolor en el propio cuerpo en forma de infección, intolerancia o enfermedad.


En lo superficial, tenemos muchos motivos para justificar estos estados de dolor y sufrimiento, pero en lo profundo la realidad es siempre confluente: negación del propio Ser. Así pues, la escucha de uno/a mismo/a y la búsqueda de la máxima coherencia entre los cuerpos es un elemento clave para vivir desde el y en el BienEstar.



PRÁCTICAS DE BIEN-ESTAR


A continuación os dejo algunos de los hábitos cotidianos que nos acercan al BienEstar, deseando que os resulten útiles en vuestro día a día.



  • Solitud. Tal y como señalaba en el artículo sobre el silencio, mantener espacios para estar con uno/a mismo/a facilitará una mayor conciencia de los propios hábitos mentales, así como un entrenamiento para la escucha de lo que realmente somos.

  • Recogimiento. Ante las situaciones de MalEstar el recogimiento es una herramienta de protección y autocuidado muy valiosa. Por recogimiento entiendo el hecho de proporcionarnos un espacio de Seguridad y Amor, ya sea de forma solitaria (como podría ser acurrucarse en el sofá con alguna almohada, tomar una bebida caliente…) o en compañía (buscando el abrazo o el apoyo de algún Ser Amado que nos acompañe desde el corazón para sostener el dolor).

  • Naturaleza. El contacto con la naturaleza nos recuerda al ritmo Natural de la Vida, nos ayuda a conectar con nuestra esencia. Pasear, hacer deporte o parar y observar cualquier elemento natural (desde una flor en casa, un jardín, un parque, las montañas, los campos, el mar, la lluvia o la puesta de sol) pueden convertirse en actos de Conciencia que nos ayudarán a aumentar la presencia en el Aquí y el Ahora.

  • Humildad y respeto. Dos valores en mi opinión básicos e inseparables por y para la Vida. La Humildad es necesaria para entender que todo el mundo tiene algo valioso y el Respeto es la herramienta a partir de la cual podemos acercarnos a las realidades de los demás sin juicio.

  • Dar y recibir. Algunas personas tienen dificultades para escuchar sus necesidades y siempre dan; otras tienen tan vivas sus necesidades que dar les supone una inseguridad o un riesgo demasiado grande. Ambas posiciones nos remiten a desequilibrios internos y al hecho de que una parte de nosotros no está siendo ni escuchada, ni expresada. Es importante encontrar el equilibrio entre dar y recibir, ya que son dos polos de un mismo aspecto: el flujo energético entre Sers.

  • Agradecimiento. Agradecer cada día algo que hemos vivido nos ayuda a conectar con la abundancia y también a poner en valor las oportunidades que vamos viviendo. Puede ser un buen hábito reflexionar sobre ello antes de acostarse o escribirlo en una libreta como si fuera un diario. Cualquier ocasión vivida es digna del más profundo Agradecimiento y estos gestos nos ayudan a comprender el Valor de Amor tras cada vivencia.

  • Perdón, compasión y autocompasión. El acto de perdonar implica abrir el corazón para ofrecer amor a quien nos ha dañado, sea alguien o nosotros mismos, pues seguro que en alguna ocasión la mente o experiencias anteriores de fracaso han generado un dolor innecesario que nos imponemos a nosotros mismos/as.

  • Confianza en uno y en Todo. El trabajo interno y de observación de lo que vivimos mediante todos los hábitos que he enumerado anteriormente nos acercan a este sentimiento de (1) Confianza que nos empodera para seguir avanzando en nuestro Camino, Sabiéndonos capaces de superar las circunstancias con las que nos encontramos, Confianza en Uno; y (2) reconociendo que vendrá un momento en el que entenderemos que todo tiene su Razón de ser y lleva implícito un aprendizaje para nosotros/as, Confianza en Todo.



(canalización original: catalán)

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