Que todo sa paz adentro, paz afuera.
Que la brisa acaricie tu piel, tu mirada amplia mar allá, profunda valle adentro.
Que el sol caliente tus manos frías de la noche que se va.
Que la luna te acune, toda ti, con el vaivén de la oscura noche.
Y las estrellas vigilen este templo que ahora te guarda.
Y los astros guien los pasos de tus deseos.
Que el amor no deje rastro,
pero sí huella,
en el corazón de los que os sabéis vivos,
vivos más allá de esta vida.
Que la abundancia dé frutos en el tiempo,
el tiempo que se escapa entre los dedos de quien lo quiere poseer.
Que no hay pasado,
presente
o futuro
posible de captura.
Que no hay ayer,
hoy
o mañana
posible de pisar dos veces.
Dos veces de la misma manera.
El camino hecho
es camino pasado:
perdura y madura,
a su suerte.
Y tu Suerte es la de vivir en Todo.
Pues sabiéndote Todo,
sabes que no tienes nada,
porqué todo eres tú y tú eres en todo.
No pierdas de vista la fuerza,
la fuerza que te acompaña,
la fuerza que te vence.
La rendición a la propia Voluntad es la lucha ganada a una guerra nunca iniciada.
Es la pura expresión del Espíritu en la Forma.
Que aquello que te mueva sea el Amor y no el rencor.
Que aquello que te guia sea la Paz y no la venganza.
Que aquello que te eleva sea la Llibertad y no el control.
Que aquello que te visita sea el Gozo y no el miedo.
Que aquello que te escorta sea el Respeto y no la exigencia.
Que aquello que se apague sea el orgullo y no la Bondad.
Que aquello que crece sea la Palabra y no el reproche.
Que aquello que llega sea la Esperanza de una vida mejor.
(canalización original: catalán)
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